26/7/14

Alejandro Dumas: el escritor mulato y el general negro

Soy un gran admirador de Alejandro Dumas (padre) y hasta vivo  no muy lejos de la calle que porta su nombre en el nordeste de París. En mi adolescencia cubana leí con arrobamiento sus novelas "Los tres mosqueteros" y "El conde de Montecristo". Esas y otras obras ("Veinte años después" y "El vizconde de Braguelonne") también las vi en el cine , en el espacio Aventuras de la televisión cubana, o las escuché en adaptaciones radiales. 
Pero solo me convertí en un apasionado del gran escritor mulato francés cuando comencé a leerlo en francés. "Les trois mousquetaires" fue la primera novela que leí en la lengua de Molière, en un ejemplar que me prestó el director de la Alianza Francesa de La Habana a principios de 1989. Ya instalado en Francia, me procuré otras de sus novelas, algunas en viejas y venerables ediciones. 





El 24 de julio de 1802 nació Alejandro Dumas. El feliz acontecimiento tuvo lugar en Villers-Cotterêt, una pequeña localidad situada al este de París (una media jornada a caballo en tiempos del susodicho, y menos de una hora en tren actualmente). Era una zona boscosa de la Picardía muy apreciada como coto de caza de la nobleza por la que pasaron las tropas revolucionarias de las que formaba parte un joven oficial mulato, Alexandre Thomas Dumas. Este y la hija de un hostelero acomodado se enamoraron y él prometió volver cuando su situación fuese mejor y así lo hizo, ya con grados de general y cubierto de gloria, para casarse. Tuvieron tres hijos, si mal no recuerdo, uno de ellos el futuro novelista Alejandro Dumas, autor de “Los tres mosqueteros”, “El conde Montecristo” y otras muchas y populares novelas, libros de viaje, cocina, etc. Dumas padre (así llamado porque su primer hijo, su homónimo también fue escritor, pero con una sola obra famosa: “La dama de las camelias” que inspiró la gran ópera La Traviatta) fue tan rico que hizo construir un precioso capricho, perdón castillo, en las alturas que rodean París, dándole por nombre el seudónimo de su mejor personaje, Edmundo Dantés.
Monumento a Alejandro Dumas en la plaza del General Catroux, París


monumento a Dumas (con D'Artagnan) en París

modelo para la escultura de D'Artagnan

Hace menos de dos semanas cerró sur puertas en París la exposición “Mosqueteros”, dedicada a ese cuerpo armado de los siglos XVII-XVIII al que pertenecieran los tres famosos y D’Artagnan. Los cuatro protagonistas de la novela de Dumas existieron, pero el que mâs se parece al personaje real en que se inspiraron Dumas y su colaborador “científico” Maquet, fue D’Artagnan.
A la derecha, manuscrito de "Veinte años después" (Dumas) y a la izquierda, primera edición de  "Las memorias del Caballero D'Artagnan" (1700) y (abajo), manuscrito de "Los tres mosqueteros" en la versión de trabajo de Auguste Maquet.


No resistí la tentación de fotografiarme con una casaca de mosquetero, colgadas a la entrada de la exposición. Se trata de una mala reproducción tipo atrezzo teatral, pero en realidad no se conserva ninguna de época. Dumas llegó a conocer a uno de los últimos mosquetero aún en vida, el pintor Jericho, al cual entrevistó en su lecho de muerte… sin saber que había sido mosquetero en su juventud y sin tener, por entonces en mente, la escritura de sus tres mosqueteriles novelas.

De esas diversas épocas había en la exposición armas, cuadros, grabados, objetos… Por ejemplo un uniforme de gala de una de las dos compañías de mosqueteros (los llamados “grises” y los llamados “negros”) que hubo; pero tampoco era de la época de los tres que en realidad eran cuatro.

En la novela de Dumas se habla mucho de espadas, pero fue el mosquete (pensadísima escopeta de chispa y pedernal) el que dio nombre al cuerpo de élite de la guardia real del que el auténtico D’Artagnan llegó a ser el máximo jefe (después del rey, que era el comandante en jefe), además de ocupar otros cargos militares de importancia, sobre todo en tiempos de Luis XIV. Al morir en combate, ya con unos 60 años, en el asedio de Maastricht (Holanda), D’Atagnan era mariscal.


Gracias a los elementos audiovisuales había muestras de ello en varias pantallas. Exposición dinámica y moderna, también se pudo apreciar una animación de los excelentes dibujos anatómicos que ilustraron un manual de esgrima del siglo XVII, e incluso el ruido y el olor del mar en los dispositivos elaborados para la parte de la exposición consagrada al sitio de la ciudad portuaria de La Rochelle. Aunque en la novela este episodio apenas sirve para mostrar una vez más en ensañamiento de Milady y dar una muestra de la importante actividad militar que cumplieron los mosqueteros, fue esta en realidad una batalla tan importante que Luis XIII y Richelieu en persona dirigieron las operaciones. De este hecho histórico se conservan las armaduras que usaron ambos personajes. La del rey pesaba 26 kg y la de Richelieu más de 40. Sin dudas, con tal equipo, no había bala de mosquete que pudiera herirlos, pero solo a caballo podían moverse con ellas. De hecho, solo altos oficiales y responsables llevaban armadura integral. Los soldados (y mosqueteros) se limitaban a protegerse con corazas y cascos más ligeros.


A la izquierda, armadura de Luis XIII y al centro la de Richelieu
Como ya dije, D’Artagnan fue un personaje real, pero no se conserva imagen alguna. En la exposición había un grabado de algunos años después de su muerte que no tiene la menor garantía de semejanza; pero fue tan famoso que sí aparece en pinturas y grabados, pero como figura de grupo, sin detalles que permitan conocer su verdadera fisonomía. Obviamente, de Richelieu, Mazarino, Luis XIII, Ana de Austria y el Duque de Buckingham, entre otros personajes reales, sí hay abundante iconografía.

Imagen de época (no confirmada) del verdadero D'Artagnan y cuadro de época (veridico) de Richelieu durante el asedio a La Rochelle.

 
Ana de Austria con los famosos "ferretes" que alimentan uno de los mejores momentos de la trama de "Los tres mosqueteros". Como muestra el cuadro, no eran adornos para las orejas o el cuello, como muestran algunas peliculas, sino una especie de alfiler ornamental para las muchas cintas que adornaban entonces los vestidos de damas y caballeros (de ahî que el Duque de Buckingham pudiera usarlos los mismo que su supuesta amante, la reina de Francia.


Dumas y su colaborador Augusto Maquet (que investigaba y escribía una primera versión) se inspiraron en documentos de épocas más cercanas a la vida del auténtico Charles de Batz, en primer lugar una biografía bastante libre titulada "Las memorias del caballero D’Artagnan…” de la que se exponía un ejemplar de la edición de 1700, y las verdaderas memorias de La Rochefoucauld. De Dumas y Maquet se exponían sendos manuscritos: el de la primera redacción de "Los tres mosqueteros", de la mano de Maquet, y el de la redacción final de "Veinte años después" de la mano de Dumas (que siempre escribía en grandes hojas de papel azul claro y casi no corregîa).
Caricatura de Dumas en la época de sus popularísimas novelas de mosqueteros


Alejandro Dumas es el 13er escritor más traducido en el mundo y el segundo francés (precedido por Julio Verne, que es el segundo autor más traducido del planeta) y seguido por Georges Simenón (17° lugar),  Balzac (32°) y Charles Perrault (43°). Sin embargo, su bestsellerísimo “Los tres mosqueteros” se estrenó de manera bien modesta. La primera “entrega” apareció el 14 de marzo de 1844 en la parte baja de la primera página de un periódico sin la menor ilustración (El siglo), pero su fulminante éxito le aseguró un luminoso futuro, no solo por la cantidad de ediciones y traducciones, sino por las innúmeras adaptaciones: al teatro, la historieta, la radio, la televisión, el cine, e incluso a formas menos previsibles como la ópera y el ballet.




el primer capítulo de "Los tres mosqueteros" apareció modestamente, un un diario sin ilustraciones

Si a Dumas le interesaron las glorias militares de la época de los dos últimos reyes absolutos de Francia fue no solo porque era propio de la época (años 1840-50 en que desarrolló lo mejor de su carrera novelística) sino porque su propio padre fue un gran militar. El general Alejandro Dumas no  gozó de toda la gloria que merecía por el odio y los celos que generó en Napoleón Bonaparte. El general Dumas nació esclavo en Haití, pero su padre, un colono pobre que al fin regresó a Francia para heredar a su pequeño marqués de padre) lo trajo y le dio la mejor educación posible. Alexandre Thomas no solo era un coloso de cuerpo (cuentan que podía agarrarse a una viga y alzarse a fuerza de brazos… sosteniendo al caballo con sus poderosas piernas) un hombre honrado y digno que renunció al apellido de su esclavista de padre y al título de oficial que éste quería comprarle. Hizo una brillante carrera militar “desde abajo”, con el apellido de su madre, la ex esclava haitiana Cesette Dumas. Una carrera tan brillante y tan alejada de las componendas políticas del bonapartismo que le generó el odio de Napoleón.



El general Dumas murió de una enfermedad contraída en la prisión en que Napoleón le dejó permanecer al darle largas al pago del rescate que pedían sus enemigos de Francia contra los que Dumas se había batido con tanto coraje e inteligencia. El futuro novelista apenas tenía 4 años cuando murió su general de padre. Dos homenajes indirectos le rindió en sus obras: la descripción física de Porthos y el nombre de Montecristo asumido por Edmundo Dantés: Montecristo era la localidad vecina a la modesta plantación donde vivieran su padre y su abuelos.

Una de las novelas menos conocidas de Dumas, "Georges" es la única, que yo sepa, donde aborda la cuestión del mestizaje. El héroe de esta novela, escenificada en la Isla Mauricio en la época en que pasó de colonia francesa a colonia inglesa (1810-1830), narra una rebelión de esclavos lidereada por un mulato, brillantemente educado en Francia. Dumas se proyecta en su héroe y defiende la igualdad entre mestizos y blancos... pero cae en la contradicción de no defender la igualdad entre los negros y los mestizos, por no hablar de la igualdad con los blancos. La novela tiene un desenlace un tanto precipitado y nada feliz (hablo en términos literarios, puesto que la realidad histórica en que se inspira solo tuvo un final feliz en la victoriosa revolución haitiana). Estoy convencido de que Dumas intuyó sus contradicciones y acabó "abandonando" la, sin embargo, interesantísima novela.




en 1996 me senté en el escritorio de Alenjandro Dumas en su Castillo de Montecristo (Pont-Marly, en las cercanías de París). Este palacio se lo hizo construir con la fortuna que le reportaron novelas como "Los tres mosqueteros" y "El conde Montecristo", pero solo vivió allí un par de años, pues sus numerosos y voraces invitados le generaron tales deudas que tuvo que vender el precioso lugar. Tal era la agitación en el Castillo de Montecristo, que Dumas abandonó este escritorio para trabajar en una torre que se había construido un poco apartada del lujoso edificio principal. 


























1 comentario:

nemo dijo...

¡Qué personaje interesante este Dumas! Y no solo él, como vemos, sino du padre, un mal conocido general. Gracias, Joel

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