13/5/16

¿Estoy traducido en 30 ó en 10 lenguas?

El Correo de la UNESCO
febrero de 1996
tapa de la edición en castellano

La revista El Correo de la UNESCO incluyó en su número de febrero de 1996 (¡treinta años no son nada!) m artículo "Olinda, la bella durmiente", que fue el único de los dos que me contratara en esos tiempos la prestigiosa publicación de la Organización de Naciones Unidas para la Ciencia, la Educación y la Cultura. 


El segundo artículo, pagado y todo, nunca apareció pues hubo cambios en la línea de redacción. 
Mi texto sobre la ciudad brasileña de Olinda (cerca de Recife) que yo había visitado y amado en 1991 ó 1992, cuando aún residía en Brasil. Esta bella ciudad colonial fue declarada Patrimonio de la Humanidad y suscitó mi publicación más traducida puesto que apareció en la treintena de versiones que por entoces se imprimían en todo el mundo de El Correo de la UNESCO.

montaje de fragmentos en diversas lenguas

En las semanas siguientes a la publicación de las tres versiones (español, francés e inglés) que se hacían en París, fui recibiendo varias de las ediciones en otros países. No recibí más que una ínfima parte, pero siempre era una agradable sorpresa. A menudo tuve que buscar una indicación sobre la lengua, pues muchos alfabetos me resultaban desconocidos.


tan exótico me resultó el sobre de la edición india que lo he conservado
Tuve una inmensa suerte con ese número, pues no solo coincidí en él con Garcia Márquez, por ejemplo, sino que el artículo de tapa, del pensador francés Edgar Morin me permitió descubrir su noción de complejidad y aplicarla al libro que en esos momentos tenía en proceso de escritura. A leer en el artículo de Morin: "Complexus significa que está tejido junto", di una vuelta radical a mi libro "Vuela, Ertico, vuela" (Ediciones SM, Madrid, 1996) creando el personaje de la alfombra voladora Complexus, y dándole un sentido casi filosófico al hecho de que dicha alfombra, que en la historia se ve tejida y destejida, posee cualidades diferentes en sus dos estados. 




Vuela, Ertico, vuela 
(Ediciones SM, 1997-2013) 
debe sus mejores páginas a la influencia de Edgar Morin


mi libro número 30
"Tito y su misteriosa abuela"
(Gente Nueva, 2016) incluye la nueva versión del libro
en que debuta Complexus, la alfombra volardora y parlante 



Evidentemente, el hecho de que este artículo haya sido publicado en una treintena de lenguas, no significa que yo sea un escritor publicado en igual proporción. Tengo varios libros publicdos en dos, tres, cinco... y hasta uno en diez lenguas. 

Pero no voy a ufanarme de lo que no es...como hacen ciertos colegas inescrupulosos que gustan ornarse con plumas recogidas en el suelo. A veces plumas de gallina, gorrión o cuervo.

sumario del número de febrero en castellano
primera página de mi artículo en castellano
segunda página del artículo en castellano

tercera página del artículo en castellano

cuarta página del artículo en castellano

última página del artículo en castellano

tapa en euskera (vasco)
euskera (vasco)

catalán


inglés
coreano

coreano

francés

gallego

edición india
hindi

edición de Malasia

malayo
 
edición irania


primera página del artículo en persa

portugués

18/4/16

Estreno en francés mi serie Gatito, ya conocida en nueve lenguas



Al fin ha comenzado a publicarse en francés mi serie Gatito, estrenada por la excelente editorial española Kalandraka en 2012.

Si Francia se ha retrasado en la adquisición de los derechos de estos álbumes para niños de 3-5 años, ya traducida en hasta nueve lenguas, se lanza al ruedo con tal vigor que tras "Gatito y el balón", en marzo...



;... el 17 de junio, pocos días antes del comienzo oficial del verano ha salido "Gatito y las vacaciones"...

y  "Gatito y la nieve" saldrá en noviembre. 

                  

Y la acogida crítica tampoco ha sido lenta o fría. Entre las notas aparecidas en la prensa electrónica dedicada al libro francés, escojo y traduzco una que me parece mejor que todo cuanto he visto  en castellano:

Petit Chat et le ballon es un álbum preciso y sobre todo pertinente en sus acertados criterios. Desde la tapa me enterneció la expresiva carita de Gatito, sosteniendo inocentemente y con aire algo perdido un balón. El álbum nos relata el nacimiento, frágil al principio pero cada vez más sólido, de la camaradería en torno a un objeto común. Aprecié particularmente la reacción positiva de la madre de Gatito, que sensibiliza a su hijo en la cuestión del respeto de la propiedad ajena. Al incitarlo a buscar al propietario del balón, la madre propicia el encuentro con otras personas y estimula al pequeño a tomar iniciativas y a abrirse a los demás gracias al elemento federativo que es jugar con balón y hacer amigos. 

Me ha gustado particularmente la forma en que el texto subraya la función materna ya que corresponde exactamente con mi propio concepto  de una educación positiva y constructiva. 



El resto de la historia transcurre fácilmente : la compañía de Pata da a Gatito la confianza para visitar el edificio. Siempre en una atmósfera afable y respetuosa, se va formando una pandilla (algo que solemos ver  en álbumes que abordan el tema de la amistad donde el héroe reúne un grupo de amigos), y así se valoriza la idea de compartir, de constituir una comunidad, de construir lazos de amistad a través de un juego colectivo.

Yo misma crecí en un edificio y allí, jugando con el hijo de la señora que me cuidaba (la cual vivía en otra ala del edificio), llamábamos a la puerta de un amigo y del amigo de un amigo hasta reunirnos todos en el patio, donde jugábamos a la pelota, andábamos en bicicleta o jugábamos al escondite. Crecimos juntos  y, ya adolescentes, continuamos reuniéndonos (aunque con menos frecuencia) a conversar y reírnos. En resumen, los temas y la manera de contar la histoire me hablan y reaniman recuerdos de infancia. Es un álbum pertinente y realista cuyo otro punto positivo son las ilustraciones con un trazo redondo y naif, delicadamente coloreado, con un grafismo tierno y expresivo, actitudes cautivantes y conmovedoras. Del conjunto se desprende una serenidad que sin dudas genera confianza en el joven lector. El mensaje es universal : el conocimiento de sí mismo pasa por el descubrimiento de los demás,  la emancipación individual pasa por la atención a los otros: amigos o parientes que se encuentran en torno a un objeto, actividad o afición que comparten con gusto.

Firmado: Léa
Fuente: 

http://souslefeuillage.blogspot.fr/2016/03/petit-chat-et-le-ballon.html 


La publicación de un libro en otra lengua (otro país) no da solo a otras personas la posibilidad de conocer lo que uno ha escrito en una tierra y/o cultura quizás lejana. También nos da a los autores la posibilidad de redescubrir nuestra obra, puesto que cada colectividad interpreta o descubre en la obra aristas que pueden haber escapado a quien se supone que mejor la conoce: su propio autor.

En la mayoría de las notas que he leído sobre la reciente edición francesa de mi libro "Gatito y el balón" he descubierto el interés que genera el respeto de la madre de Gatito por la propiedad ajena. Yo consideraba esto como un simple detalle en la breve historia, pero aparentemente el problema del respeto a la propieda es tan importante en este país que llama particularmente la atención de los críticos.

De modo que las lecturas ajenas sobre un libro propio pueden también ayudar al autor a conocer mejor el país en que su obra se publica. Incluso si, como en este caso, es el país donde vivo.








La serie Gatito ya ha sido publicada en por lo menos cinco lenguas (nueve en el caso del primero de la serie): castellano, catalán, gallego, vasco, inglés, italiano, portugués, coreano, chino y ahora francés.


Durante la reciente Feria Internacional del Libro de Bolonia, mi editor YEH Chun-Liang presenta la flamante edición francesa a su ilustradora, Constanze Von Kitzing.

catálogo de primavera de HongFei, editorial francesa inicialmente centrada
en la cultura china y actualmente abierta a la diversidad cultural de nuestro mundo


2/2/16

Cuba y Francia: dos libros en mis dos patrias

con mi primer libro francés y mi tercer libro cubano ante el ayutamiento de París en febrero 2016

edición cubana: Capiro. Santa Clara, 1996
edición francesa: Hachetís, París, 1998

primera edición española: El Arca. Barcelona, 1996
edición argentina: Alfaguara. Buenos Aires, 2004







dos ediciones cubanas y una francesa frente al ayuntamiento de París adornado con banderas de Cuba y Francia
primera edición francesa (la segunda está en curso): Ibis Rouge. Cayena, 2004

primera edición mexicana. México, 2006



primera edición argentina (2013)





 
primera edición cubana: Capiro. Santa Clara, 2010

segunda edición cubana: Ediciones Matanzas, 2014



primera edición brasileña: Ediçoes SM do Brasil, 2007



"Libertad, Igualdad, Fraternidad"
entre cubanos y franceses

11/12/15

la agitada vida de una serie inconclusa

Cuando publiqué mi primer libro, "El secreto del colmillo colgante" (La Habana, 1983) yo planeaba desarrollar toda una serie de novelas de aventuras detectivescas protagonisadas por la misma pandilla de niños cubanos que, un poco más tarde bauticé Los Exploradores Incógnitos. La segunda novela de la serie no fue ninguna de las que yo había estado imaginando desde fines de los años 70 (reproduzco una página arrancada de un viejo cuaderno de notas con la lista e incluso los dibujos de tapa que yo pensaba realizar o sugerir)... 



La que finalmente escribí entre 1982 y 1983 fue "El enigma de Cuatroplagas", que obtuvo una mención en el premio La Edad de Oro (el premio de narrativa ese año fue declarado desierto) y mandé a la misma editorial que había publicado mi primer título. Pero el manuscrito fue rechazado con argumentos que, aunque en algún caso fuera acertados, me parecieron una respuesta indirecta a las críticas que yo venía haciendo de esa editorial. Ni siquiera mi ingreso en su Consejo Editorial en 1984 y la aceptación de muchas de mis objeciones a las concepciones editoriales de la época, me incitaron a insistir y fue la Editorial Oriente, que tenía en proceso el que sería mi segundo libro ("De los primeros lejanos tiempos la lechuza me contó", 1987) la que incluyó en su plan editorial la novela que, con mejor gusto, rebauticé "Campamento en Costa Rara". 

Sin embargo, cuando me marché de Cuba, en junio de 1989, todavía yo no había terminado la revisión a fondo que había emprendido dos años antes y que se reflejan en la versión radiofónica (64 capítulos) que concluí poco antes de partir a Brasil y que Radio Progreso transmitió entre fines de ese año y principios del 90. Fue desde Río de Janeiro que envié el manuscrito, dactilografiado en las hojas de papel pautado que usaban por entonces las editoriales cubanas y que yo había traído en mi maleta. Pero eso habrá sido a fines de 1989 y unos meses después, comenzaba oficialmente en Cuba el Período Especial, con su crisis económica y editorial y se dejaron de publicar novelas durante varios años. En realidad, nunca supe si el manuscrito llegó a la Editorial Oriente ni si llegó a continuarse el proceso editorial (me habían pagado el anticipo, consistente por entonces en 60% del precio correspondiente a cierta cantidad por folio).

Lo más sorprendente es que en aquel mismo 1989 apareció una versión en fotonovela, basada en la que yo había propuesto varios años antes a la revista Pionero y que fue a parar, nunca he sabido cómo, a la editorial Capitán San Luis.  En la portadilla se precisa: "Adaptación de Manolo Pérez sobre una idea original de Joel Franz Rosell" y respeta la trama, pero no la sensibilidad, de mi proyecto inicial. La misma editorial volvería a las andadas tres años después al publicar, con el mismo título de "El enigma" una era torpe simplificación para niños de menos de 10 años firmada esta vez por Olga Marta Pérez. 




Ambas ediciones se hicieron a mis espaldas y solo las descubrí por casualidad: la primera gracias a un primo que compró un ejemplar (en mi pueblo natal, Cruces) y lo hizo llegar a mis padres, quienes me lo guardaron en Santa Clara hasta mi primer regreso a Cuba en 1993. La segunda versión la descubrí en la librería de viejo "Cervantes" de la calle Reina (un ejemplar con algún garabato del niño o niña que fuera su primer propietario); no recuerdo si en el 93 o en mi segundo regreso tres años después. 


Lo que interesaba a la editorial Capitán San Luis (del Ministerio del Interior) era el valor ideológico de aquella primera versión que concluía con un discurso de Fidel Castro, el 26 julio de 1981, en que acusa abiertamente a varias instituciones estadounidenses de atacar a Cuba con armas bacteriológicas. Creo que se trataba del dengue, la fiebre porcina, el moho azul del tabaco y un parásito de la caña. Por eso la palabra Cuatroplagas aparece en el título de la versión original de mi novela, situada en una zona costera imaginaria llamada así por la hostilidad de su flora y fauna. Aquella versión terminaba cuando el más pequeño de mis protagonistas reconocía una palabra que escuchó sin comprender cuando se halló en manos de unos infiltrados en la citada zona costera: "Fort Detrick" aloja el laboratorio de guerra bacteriológica de la CIA al que se vinculó en aquella época con las enfermedades sufridas por plantas, animales y personas en Cuba.  Yo estaba muy satisfecho de ser el primero en incluir al lider cubano en una ficción para chicos, pero esa fue una de las primeras cosas que me reprochó el evaluador de la editorial Gente Nueva. La versión en fotonovela halló una solución salomónica: sustituyó el discurso e imagen televisivos de Fidel por un simple noticiero de TV. 
De todas formas, como mi novela tardaría no menos de seis años en aparecer, en aras a la intemporalidad literaria y en nombre de mi pérdida de confianza en los pronunciamientos políticos oficiales, ya en la versión radiofónica de 1989, yo había recentrado la trama, substituyedo la introducción de armas bacteriológicas por un simple caso de contrabando.

HE AQUI UNO DE LOS LIBRETOS (escogido al azar) DE LA RADIONOVELA "CAMPAMENTO EN COSTA RARA" (tienen 26 años y el papel ha amarilleado bastante).

            


El final de toda esta historia es que "El secreto del colmillo colgante" no fue el comienzo de esa serie que tanto hubiera agradecido la literatura infantil cubana de los 80 (incluso en la actualidad no hay nada verdaderamente comparable).

Cuando en 2009 la editorial Alfaguara publicó en España "Exploradores en el Lago", lo que hice fue publicar la primera aventura de los Exploradores Incógnicos. Una aventura ecológica en una reserva natural imaginada en el centro de Cuba. 



Cuatro años después, la editorial colombiana Hillmann publicó la versión ¿definitiva? de mi primera novela, con el título de "El secreto del colmillo dorado".


Pero ¿quién sabe cuándo escribiré y dónde y cuándo publicaré las dos novelas que imagino deberían separar "Exploradores en el Lago" de "El secreto del colmillo dorado"?
Debo reconocer que soy un escritor lento y desorganizado.
P

La tercera novela detectivesca juvenil cubana cumple 40 años

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